DESAYUNO EN EL TREN

DESAYUNO EN EL TREN

No sé si os he comentado que trabajo rodeado de hombres trajeados. Algunas veces pienso que me persiguen, y otras veces creo que soy yo el que los persigue a ellos.

Los hombres en traje son una fantasía a la que no me puedo resistir. 

El otro día me acompañaba uno sentado frente a mi en el tren. Él miraba el móvil, sentado despreocupadamente, con su impecable traje azul, sin ser consciente, o tal vez sí, de que el ajustado pantalón le marcaba un paquete tan impecable como su indumentaria. 

Era primera hora de la mañana y se notaba que se acababa de duchar y afeitar. El aroma de su aftershave me recordaba a un antiguo amante, y eso me excitaba.

No podía dejar de observarle abierto de piernas mostrando su apretado paquete. Ahora la moda hace que los hombres vistan los trajes más ajustados y en este caso los pantalones le ceñían las piernas. Se notaba que era deportista. No estoy seguro de si era "carne de gimnasio", o si sería otro deporte, pero estaba claro que cuidaba de su cuerpo. Su barba perfectamente perfilada lo demostraba. Las mangas de su chaqueta apretaban sus vigorosos brazos. 

Por un momento deseé ser abrazado por esos brazos, sentir su fuerza y forcejear con ellos. Hay algo que me excita especialmente, y es sentir la fuerza física de mis amantes. Sin llegar a la violencia, pero sí me gusta sentir que estoy con un hombre.

La presión en mi bragueta me devolvió de repente a la realidad. Mi mochila estaba sobre mi regazo y eso hizo que mi erección no fuese visible para todo el mundo. Traté de recordar qué calzoncillos me había puesto esa mañana, y si aguantarían mi lubricación sin traspasar a mis pantalones. Recordé que me había puesto unos briefs CalvinKlein grises de algodón. Absorberían toda la humedad sin problema.

Según iban pasando las estaciones los pasajeros se iban bajando, y cada vez nos íbamos quedando más solos. Él se acomodó en su asiento y yo aproveché para depositar mi mochila en el asiento contiguo. Más cómodo y a la par evitaba que los pasajeros que pasasen notasen mi erección. 

Llevé mi mano a mi paquete y me lo acomodé. Noté la dureza de mi polla, y eso me excitó más. Por un microsegundo creí ver que él me miraba furtivamente.

Separé mis piernas y dejé mi mano sobre mi abultado paquete, acariciándolo suavemente. Mientras miraba por la ventana vi gracias al reflejo del cristal, que él estaba observándome. Cuando yo dejaba de mirar por la ventana él apartaba la mirada y seguía mirando su móvil.

Estaba claro que yo le interesaba. No quedaban muchas paradas para llegar a mi destino así que decidir pasar a la acción. Aflojé mi pantalón y metí mi mano en mi paquete. Inmediatamente él me miró. ¡¡Ya tenía su atención!! Y no apartó la vista.

Seguí manoseando mi paquete, notaba la humedad de mis calzoncillos, y suavemente me bajé la cremallera... Se notaba que él también estaba excitado, su bulto era cada vez más grande y su lengua humedecía sus labios.

Al pasar por un túnel me coloqué a su lado de un salto. Solo había otra persona en el vagón y estaba lejos de nosotros. No nos podía ver.

Su mano temblorosa se acercó a mi muslo y poco a poco fue subiendo hasta mi entrepierna. Yo adelanté las caderas facilitándole el acceso. 

Su mano era grande y ocupaba todo mi paquete. Me masajeaba los huevos y me acariciaba el capullo que ya estaba fuera de mis pantalones goteando sin parar.

Llegamos a la siguiente estación y el último pasajero se bajó del tren. ¡¡Esta era mi oportunidad!! Esperé a que el tren se pusiera en marcha y me puse de pie. Bajé mis pantalones y mis calzoncillos y le enseñé mi polla palpitante. En un segundo sus labios estaban besando mi capullo. Retiró mi prepucio con sus manos y se introdujo todo mi rabo en su boca.


¡¡Qué placer y qué excitación!! Los movimientos de su boca junto con los del tren hacían que me retorciera de placer.

Por megafonía se escuchó la llamada de la siguiente estación. Él me tomó de los huevos y se tragó mi polla todo lo dentro que pudo. Succionaba, lamía, sorbía.... uffff mis rodillas temblaban de la excitación. De repente uno de sus dedos alcanzó mi ano y lo presionó!! uuff ya no había vuelta atrás! Noté cómo mi semen quería salir, le agarré la cabeza y..... aaahhhh... me corrí en su boca mientras él no paraba de succionar y succionar!! Creo que nunca me había corrido así de fuerte!! Intenté sacar mi polla de su boca, pero él no quería! Con un gruñido me indicaba que estaba disfrutando. Quería lamer hasta la última gota de mi.

Por fin me zafé y rápidamente me subí los pantalones. El tren había llegado a mi estación. Tomé mi mochila y salí corriendo despidiéndome de él. 

-¡Hasta pronto y gracias!! - le dije mientras corría hacia la puerta del vagón.

Al llegar a la oficina no me podía creer lo que había vivido en ese vagón. Mi polla se volvía a excitar de sólo recordarlo.

Chequeé unos emails y me dirigí a la sala de reuniones. Me habían avisado de que mi visita de las 10 ya estaba aquí para un "desayuno de trabajo". Cuando llegué a la sala ya había llegado mi jefe y otros compañeros. Por poco me caigo de culo al ver que mi visita de las 10 era el ejecutivo que me había comido la polla en el tren!!

La secretaria comenzó a preguntar a todos qué querían tomar, y cuando llegó a él, él respondió:

 -Nada gracias, ya he desayunado en el tren! -  Y con un guiño me sonrió.














Comentarios

  1. Gracias por compartir esta historia y llevarnos contigo a ese lugar público, lleno de morbo y exhibicionismo, sin lugar a dudas poder ver a través de tus palabras cada uno de los momentos y actos de sensualidad y coqueteo sin duda me hizo ponerme duro y mojar mis calzoncillos que a diferencia de los tuyos ya traspasaban mi pantalón. No dejes de compartir tus historias con nosotros y seguir llevando la imaginación de tus lectores a otro nivel …

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  2. Que buen relato!! A mi también me vuelven loco los hombres con traje y corbata. Cuando les veo en el aeropuerto o en el tren no puedo dejar de mirarles. Les sigo a los aseos y me gusta ponerme a su lado en los urinarios. Alguna vez he tenido suerte y hemos acabado follando en los baños! Viva el cruising con ejecutivos!!

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  3. muy buena historia, esas que suelen de tanto en tanto en tren o metro. Se ven hombres guapos enfundados en sus trajes bien ceñidos. que placer verlos.

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